¿Expedientará el PPCV a Mariano Rajoy?

El pasado mes de julio nos fue notificada a Antonio Sobrino Ribes y a mi la decisión del Comité de Derechos y Garantías del PPCV por la que, tras analizar el supuesto expediente “informativo” que se nos había incoado meses antes, se acordaba suspendernos cautelarmente de militancia en el PP, abrirnos un nuevo expediente disciplinario por presuntas infracciones de varios Artículos de los Estatutos del PP sancionables con la expulsión del mismo y concedernos 15 días para presentar alegaciones. Esta decisión, no por esperada, deja de causar asombro por muchos motivos. En primer lugar, porque la suspensión cautelar de militancia tiene su miga. Es una decisión estatutariamente prevista para los casos en los que están implicados cargos públicos o cargos orgánicos que mientras se sustancia un expediente disciplinario podrían usar sus cargos para obstaculizarlo, pero no para simples militantes. Es llamativo que ni siquiera Bárcenas fuera suspendido de militancia en su día, pero los miembros del comité han debido entender que somos sumamente peligrosos y que si conservamos nuestros derechos de afiliados mientras nos “empapelan” podríamos, quizás, cometer algún estropicio irreparable.
En segundo lugar, sorprende por el desparpajo y por la presunta incapacidad de intentar cubrir las apariencias, es decir, de intentar que parezca que se guardan y respetan las garantías jurídicas procesales propias de una organización democrática en un país democrático. No creo incurrir en una descalificación o en una falsedad si afirmo que todo es una farsa. A nadie se le escapa que a los miembros del ilustre comité les importa muchísimo lo que hayamos o dejado de hacer los acusados y lo que podamos o no alegar en nuestra defensa. Les importa tanto que antes de iniciarse el procedimiento ya anunciaron el veredicto: la expulsión. Así, el 22 de enero el Diario ABC, en su edición de la Comunidad Valenciana, el corresponsal David Martínez publicó bajo el titular El PP expulsará a dos afiliados críticos con Castedo y Císcar lo siguiente “El comité de derechos y garantías del PPCV, que preside el alcalde de Sagunto, Alfredo Castelló, ha iniciado el procedimiento para expulsar del partido a dos militantes de la agrupación alicantina: Santiago de Munck y Antonio Sobrino”. Es decir, antes de abrir el supuesto expediente informativo los responsables del Comité de Derechos y Garantías del PPCV filtraron a la prensa que ya habían dictado sentencia, que nos iban a expulsar del PP por ser críticos. Que nadie piense que se trata del más puro estilo bananero, no. Un fallo lo tiene cualquiera y el hecho de que se filtrara a la prensa la circunstancia de que sin haber empezado juicio alguno ya hubiera sentencia, no quiere decir nada. Aquí se guardan las formas y aunque ya haya sentencia sin conocer ni los hechos ni las acusaciones, se tramita ahora un segundo expediente y hasta se nos ha concedido un período de alegaciones y de prueba. ¿Es todo esto una farsa? ¿Alguien duda de la ética o moral que anima a los miembros de tan selecto Comité?
En tercer lugar, sorprende aún más el contenido del pliego de cargos redactado por el Diputado autonómico Felipe del Baño. ¡Vaya papelón el suyo! Pero, en fin, cuando alguien se presta a ello sus buenas razones tendrá. No se trata sólo de que en el pliego de cargos se haya omitido cualquier referencia a las reiteradas infracciones de los Estatutos Nacionales cometidas por dirigentes alicantinos y que en su día y en el propio expediente informativo han vuelto a ser denunciadas por los acusados, sino que se construye una fabulosa teoría para intentar justificar el prejuicio establecido con unas frases y unos razonamientos que van a dar para toda una serie de artículos. Parece que en el Partido Popular todos somos iguales, pero unos más que otros y, por ello, algunos pueden infringir continuamente los Estatutos del Partido con total impunidad ya que en el ilustre Comité nunca se dan por enterados. Es más, parece que el Comité no tiene tiempo para resolver los recursos o las denuncias de los afiliados pero sí tiene tiempo para expulsarlos sin haber resuelto las anteriores. Que denuncias una infracción de los Estatutos cometida por los dirigentes alicantinos, pues a la calle. ¡Faltaría más! Eso sí, a la calle el denunciante no el denunciado. Entre todas las perlas del pliego de cargos hoy sólo voy a mencionar una. Señala D. Felipe del Baño y suscribe todo el Comité la siguiente frase: “el mero hecho de impulsar una campaña bajo la regeneración, y apoyar el lema, en comentarios que inducen a pensar que la corrupción campa a sus anchas en la organización del Partido, lejos de ser una opinión admisible en el debate democrático, es una falsedad inadmisible en cualquier foro. Está tachándose de forma injustificable y generalizada, de comportamientos antidemocráticos y corruptos a la totalidad de la organización del Partido”. Y se quedan tan anchos. Al parecer promover la regeneración es tachar de forma injustificable y generalizada a la totalidad del Partido de comportamientos antidemocráticos y corruptos. 

Sinceramente, un servidor lo ignoraba pero creo que hay más gente que lo ignora y no se imaginan la que les puede caer encima. Según el ilustre Comité, poner el acento en determinados valores es “dar a entender que no es esta la forma de actuar del Partido Popular”. Esperanza Aguirre debe desconocer estas innegables aportaciones a la teoría política de D. Felipe del Baño y demás miembros del Comité y, por ello, el pasado 6 de febrero de 2013 se atrevió a postular la regeneración democrática del Partido Popular. Según los medios de comunicación la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, ha insistido este miércoles en que es necesaria una «regeneración democrática» y, aunque ha explicado que se puede contar con ella para llevarla a cabo, ha remarcado que no contempla volver a la primera línea de la política pese a que ésta es su «vida». (http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/06/madrid/1360149271.html) El 27 de julio de 2013, en una entrevista en la revista Yo Dona la Presidenta del PP del País Vasco, Arantza Quiroga, abogaba por una “regeneración política”. El Presidente Alberto Fabra, una vez más, el pasado 9 de junio apelaba a la regeneración y a la honorabilidad del partido (http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2013/06/08/fabra-apela-regeneracion-honorabilidad-partido/1005217.html)

Y aún más, en la pasada Convención Regional del PPCV el Presidente Rajoy animó al Presidente Fabra  para que persistiera en sus políticas de ajuste del déficit público y, al mismo tiempo, “para que siga con la tarea de la regeneración interna del partido” (http://www.elconfidencial.com/espana/2013/06/08/rajoy-apoya-al-pp-de-fabra-y-le-anima-a-que-siga-con-la-regeneracion-del-partido-en-valencia-122644). ¿Qué quería decir con ello el Presidente Rajoy? ¿Estaba insinuando acaso que hay comportamientos antidemocráticos y corruptos generalizados en la totalidad del Partido? ¿A que no? ¿Cómo es posible que tan altos responsables del Partido promuevan y animen a la regeneración democrática del PP? ¿Acaso desconocen la doctrina “del Baño”? ¿No saben que sus palabras son inadmisibles en cualquier foro? Alguien debería avisarles que la ignorancia de tan sesuda doctrina no es eximente de su cumplimiento y que cualquier día de estos los van a empapelar. ¡Seguro!

Santiago de Munck Loyola

Nuestro Bárcenas es su musa.

La incesante lluvia de noticias sobre el Partido Popular, sobre sus cuentas y sobre Bárcenas estará causando entre los votantes y, sobre todo, entre los militantes populares mucho desconcierto, desasosiego o indignación y más entre aquellos que llevan en el Partido Popular toda la vida, los que no provienen de otros partidos, porque seguramente se resistirán a creer lo que oyen o leen y porque no se identificarán con la imagen pública que se está creando. Hay que dejar cierto reposo y reflexionar bastante antes de otorgar credibilidad a lo que estamos escuchando.
Es cierto que esa supuesta contabilidad que se ha hecho pública y que nadie ha desmentido refleja gastos que no son acordes con lo que los populares hemos venido defendiendo como criterios de actuación política en el ámbito de las administraciones públicas. Esos gastos reflejados pueden desvelar muchas cosas, pero desde luego no se puede hablar ni de principios de austeridad ni de eficacia en el gasto cuando se analizan esas partidas: lencería, tabaco, ponis, comilonas, etc. No parece muy ético que la dirección provincial de Alicante se gastase tan sólo en el año 2011 más de 35.000 euros en comilonas, tal y como se ha publicado. Y más si se tiene en cuenta que un año después se pide un euro por afiliado para tapar un agujero de más de 100.000 euros sin explicarnos de dónde viene. ¿Qué militante daría el visto bueno a esos gastos? Más bien pocos. El dinero gastado de tan alegre forma provenía de subvenciones públicas, de donaciones y de cuotas de afiliados. Todo aquel que sienta que su dinero ha sido mal empleado, por usar un término suave, tendrá cuando menos el derecho a pedir las explicaciones que considere necesarias. Y el Partido Popular deberá darlas.
Pero el principal asunto que está ocupando las portadas y que tiene a todo el mundo en vilo es el asunto Bárcenas. Las últimas declaraciones del ex tesorero popular son de lo más inquietante y están siendo aprovechadas por la izquierda de forma bastante miserable, por cierto. Del asunto de los sobresueldos ahora se ha pasado a una presunta financiación ilegal del Partido Popular y se exige la comparecencia ipso facto del Presidente Rajoy tras cada nueva revelación, su inmediata dimisión y hasta la convocatoria de elecciones anticipadas. Bárcenas se ha convertido en el perfecto aliado de la izquierda  que da por ciertas todas y cada una de sus afirmaciones las pruebe o no, se contradiga o no con declaraciones anteriores. ¿De qué estamos hablando realmente? Hay dos asuntos importantes en todo este embrollo: de una parta las afirmaciones de Bárcenas relativas a que ha ido repartiendo en la cúpula popular sobresueldos, a que dichos sobresueldos han podido ser en B (es decir, engañando a hacienda) y a que algunos de ellos podrían haber sido percibidos por ministros de Aznar, entre los que se cita a Rajoy, teniéndolo prohibido y, de otra parte, relativas a la posible financiación irregular o ilegal del Partido Popular. Salvo el famoso cuaderno de Bárcenas reflejando una hipotética contabilidad B del Partido Popular no ha aparecido aún prueba alguna que sustente todas las acusaciones del “cabrón” de Luis. Se sabe que el Sr. Bárcenas posee una considerable fortuna y se sospecha que su origen no es el que él cuenta. Se sospecha, pero aún no se sabe, que ese dinero puede provenir de donaciones superiores a las legalmente permitidas que el Sr. Bárcenas podría haber repartido con un exceso de caridad hacia si mismo, ya se sabe, la mitad para él, la mitad para el partido. De momento hay declaraciones suyas contradictorias, un cuaderno con una supuesta contabilidad B que él ha fabricado y unos SMS que no comprometen legalmente, aunque puede que moralmente sí, al Presidente Rajoy. Y con estos ingredientes el PSOE la está montando. Hay que reconocer que el Sr. Bárcenas le ha venido muy bien a los socialistas. Y en esta ocasión, como en el 11M, el Partido Popular está gestionando muy mal, muy torpemente la crisis. Por cierto, Bárcenas no chantajea al Estado de Derecho, si está haciendo algún chantaje será, en todo caso, al Partido Popular y a sus dirigentes. Las cosas claras.
Con la munición de Bárcenas, el PSOE ha aprovechado para pedir que Rajoy comparezca, para pedir su dimisión, para romper relaciones con el Partido Popular (¡qué les importa el paro o la ruptura de España!) y para anunciar hasta una hipotética moción de censura condenada al fracaso de antemano. El PSOE con un candidato al que ni en su casa lo quieren como tal, sin acuerdos parlamentarios viables y creíbles y sin los votos necesarios para que prospere está dispuesto a usar el mecanismo de censura con total y absoluta irresponsabilidad, sólo para hacer ruido y para desgastar más al gobierno. No hace falta insistir, por cierto, que a los socialistas además de un candidato solvente, además de los votos, les falta legitimidad moral para poder articular una moción de censura y es evidente que los responsables y encubridores en estos momento del latrocinio de más de 1.000 millones de los ERES andaluces carecen de legitimidad moral alguna, al igual que sus cómplices encubridores de IU de Andalucía. Estos no quieren moción de censura, quieren elecciones anticipadas para aprovechar el tirón vaticinado por las últimas encuestas. Su motivación es sólo pragmatismo electoral.
No hay por ahora prueba alguna de la existencia de sobresueldos ilegales en la cúpula popular (hechos en B o estando vigente alguna prohibición expresa como en el caso de los ministros). Tampoco hay prueba de financiación ilegal. Pero aún en este supuesto no está de más alguna observación. La financiación ilegal de los partidos políticos no es un delito. Puede que la haya en el Partido Popular, aún no se sabe y habrá de demostrarlo, pero hasta el día de hoy sí ha habido partidos condenados por casos de financiación ilegal. Tenemos el caso reciente de Unión Democrática de Cataluña y tenemos el lejano caso del PSOE con FILESA, MALESA Y TIME EXPORT. ¿Dimitió Felipe González por aquello? ¿Dimitió por haber nombrado en los cargos orgánicos de su partido a los que organizaron aquel tinglado? Evidentemente no. No resulta por tanto muy coherente que quienes entonces defendieron la continuidad de González reclamen ahora con tanto teatro la doctrina contraria. Y esto no quiere decir, ni mucho menos, que quienes creemos en la regeneración democrática no pensemos ni vayamos a dejar de exigir que se depuren responsabilidades, caiga quien caiga, si se demuestran irregularidades en la financiación de Partido Popular. Pero haya que exigir cada cosa en su momento y hacerlo cuando se puede hacer, es decir, cuando se tiene legitimidad moral y política para hacerlo.
A pesar de la desazón, de la tristeza y de la incertidumbre que muchos puedan sentir desde sus ideales políticos, ahora puestos en cuestión, hay que tener la certeza de que de esta negativa experiencia, de esta oscuridad política saldrá algo positivo. Más luz, más transparencia y más democracia interna que digan lo que digan sigue siendo el mejor antídoto contra estas situaciones.
Santiago de Munck Loyola

Con AVE y con foto por los pelos.


Tal y como vaticinaban muchos comentaristas en los diferentes medios de comunicación, el trato protocolario que ha recibido hoy la Alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, con ocasión de los actos de inauguración del nuevo AVE a Alicante, ha sido objeto de un detallado seguimiento y análisis. Todos los medios de comunicación, casi sin excepción, han coincidido en varias cosas: que la Alcaldesa de Alicante ha sido relegada en el protocolo oficial, que Mariano Rajoy la ha eludido cuanto ha podido y que la Alcaldesa ha conseguido finalmente “salir” en la foto, aunque fuera a costa de la Bellea del Foc y del Presidente de las Hogueras de San Juan. Incluso a última hora, la Presidenta de Castilla la Mancha y Secretaria General del Partido Popular, Mª Dolores de Cospedal, ha tenido que acudir a los medios para aclarar que ella no ha tratado de evitar a la Alcaldesa de Alicante durante la ceremonia. ¡Cómo habrá sido la cosa para tener que realizar esta aclaración!
Al ver las imágenes y leer las diferentes crónicas sobre este importante día para Alicante, como vecino, tengo cierta sensación de malestar y de vergüenza. Malestar porque cuando alguien evita a la Alcaldesa de nuestra ciudad porque está imputada por tres graves delitos o cuando se la margina en los actos protocolarios, con diferentes excusas, pero se la margina al fin y al cabo, a quien se está evitando o marginando es a la representante de todos los vecinos de Alicante, a la máxima autoridad de la ciudad de Alicante. Vergüenza por los intentos, aparentemente desesperados, de la máxima autoridad municipal por arrancar una foto con quienes no tienen muchas ganas de fotografiarse con ella.
Da la sensación de que hace tiempo que la dignidad política ha desaparecido de nuestro entorno próximo. Cuando se leen las transcripciones de las grabaciones de las conversaciones de toda una Alcaldesa con un proveedor municipal se siente bochorno por el tono cutre que se emplea. Cuando se leen determinadas declaraciones judiciales en las que se reconoce abiertamente que se usa el más alto cargo de la ciudad para pedir empleo para los amigos y conocidos, se siente bochorno. Cuando se conocen las informaciones sobre cómo se realizan determinadas adjudicaciones y a quien en una ciudad como la nuestra, se siente bochorno. Y cuando se ven determinadas escenas como las de hoy se siente también bochorno y vuelve la pregunta ¿dónde está la dignidad inherente al desempeño de un cargo político representativo?
Es francamente difícil entender la situación porque quienes deberían haber tomado determinadas decisiones no lo han hecho o lo han hecho de forma bastante tibia. Y ello sólo contribuye a aumentar el desconcierto de los ciudadanos. Es bastante difícil comprender que alguien que esté imputado no pueda ostentar ningún cargo interno en el PPCV, tal y como ha establecido el Presidente Fabra, y simultáneamente no exista inconveniente alguno para que siga perteneciendo al Grupo Popular en las Cortes Valencianas o en su Ayuntamiento. Es difícil de entender que el Secretario Provincial del Partido Popular de Alicante presida una cena de homenaje a la Alcaldesa organizada tras su imputación y el Presidente Nacional del Partido Popular, Mariano Rajoy, evite saludarla o fotografiarse con ella. Tiene poca lógica que los cargos de designación directa que resultan imputados sean cesados fulminantemente y que los cargos electos igualmente imputados no reciban la petición pública de dimisión, aunque dicha petición resulte inútil en la mayoría de las ocasiones. Era imprescindible trazar una línea roja como hizo el Presidente Fabra, pero resulta bastante desconcertante que esa línea roja sea discontinua. No es sencillo el problema, hay muchas variables a tener en cuenta, pero es imprescindible un criterio único y muy claro.
No es difícil lograr hoy en día que un cargo público sea imputado y, en muchas ocasiones, la imputación se ha convertido en un estigma y en un instrumento de la lucha partidista. Hay quienes tratan de ganar en los tribunales lo que no ganan en las urnas. Sin embargo, establecer un criterio en función de las circunstancias de cada caso parece bastante complicado. Habría que atender a la gravedad de las acusaciones, el origen de las mismas o a los indicios incriminatorias existentes lo que terminaría por promover unos juicios paralelos inaceptables. Más fácil parece el caso de los cargos públicos procesados porque en esos casos, el juez ya aprecia indicios racionales de criminalidad. Y no se trata de vulnerar, como algunos argumentan, la presunción de inocencia. Al día de hoy el Sr. Blesa es inocente de cualquier delito y, sin embargo, está en la cárcel de forma preventiva sin vulnerar su derecho a la presunción de inocencia.
Sin embargo y a pesar de las dificultades que entraña establecer un criterio claro y ejemplarizante, lo cierto es que cuando el egoísmo o la falta de altura de miras de los imputados dañan gravemente a la imagen de las instituciones a las que representan y a los partidos que los han aupado a esas responsabilidades, no queda más remedio que tomar una decisión que signifique públicamente que no se comparte su situación y que no se les protege. Y más vale una vez colorado que ciento amarillo.
Santiago de Munck Loyola

El AVE a Alicante ¡por fin!

El AVE a Alicante ¡por fin!
La llegada del Ave a Alicante es, se mire por donde se mire, una excelente noticia para la ciudad y para la Provincia. Tras no pocas dificultades, rumores e incertidumbre la nueva línea será inaugurada el próximo lunes 17 de junio, unos pocos días antes de las Hogueras, por el Príncipe Felipe, el Presidente Rajoy y el Presidente Fabra. En el anecdotario de ese día quedará seguramente lo que ocurra protocolariamente con nuestra Alcaldesa imputada, Sonia Castedo, si interviene o no entre los oradores, aunque todos los pronósticos apuntan a que no lo hará, y dónde o con quién es fotografiada ya que según algunos medios de comunicación existe entre los dirigentes políticos cierta alergia a dejarse fotografiar junto a ella. Algunos comentaristas apuntan a que el hecho de que no hable en el acto o sea marginada protocolariamente por su imputación judicial supondrá nuevamente un “feo” a Alicante y a los alicantinos. No creo que sea para tanto, pero de ser así la responsabilidad incumbe solamente a quien por sus acciones se ha situado bajo el ojo de la Justicia y, con ello, a la institución y a los ciudadanos a los que representa.
Pero al margen de estos dimes y diretes, lo relevante es que el AVE va a suponer un importante revulsivo para la economía de la Provincia. Según las previsiones de la Generalitat, la llegada del AVE a Alicante tendrá un impacto económico en el PIB de la provincia de Alicante de unos 70 millones de euros al año y generará 735 nuevos empleos. Con el AVE, según estas previsiones, el número de viajeros ferroviarios se incrementará en 650.00 al año, un 40 % más, alcanzándose una cifra total de 2.250.000 viajeros al año. De acuerdo con estas previsiones, el AVE servirá también para impulsar el sector inmobiliario de la provincia, líder en la venta de inmuebles a extranjeros, y que ya el año pasado fue la preferida para los madrileños que adquieren una segunda residencia produciéndose más 4.300 ventas a los mismos. Es indudable que poder llegar desde Madrid a Alicante en poco más de dos horas, y esperemos que una vez probada y consolidada la línea pueda reducirse este tiempo, supone un importante aliciente para adquirir y disfrutar de una segunda residencia en la provincia.
Es evidente que no todo está hecho y que quedan aún pendientes de resolver y organizar muchas cuestiones en torno al AVE, sobre todo para tratar de rentabilizar al máximo esta infraestructura para beneficiar a todas las localidades alicantinas que puedan aprovechar sus beneficios. Se está trabajando en la organización de todos los enlaces de otros medios de transporte para conectar mejor esta infraestructura, aunque parece evidente que estas cuestiones ya deberían haber sido planificadas y resueltas hace tiempo.
Desde otra perspectiva habría que subrayar que la llegada del AVE a la provincia supone una mejora respecto al deficitario saldo que presentan las inversiones de la Generalitat y el Estado en nuestra provincia. Del mismo modo que las cifras señalan que la Generalitat está infrafinanciada respecto a las demás autonomía, no es menos cierto que la Provincia de Alicante está a la cola de las inversiones públicas por habitante tanto en la Comunidad Autónoma como en el Estado. Y si existe una “deuda” histórica del Estado hacia la Generalitat, también existe respecto a la Provincia de Alicante. Y el AVE no la salda.
Santiago de Munck Loyola

Frente a la comprensión y paciencia, más esperanza.

La cifra de 6.202.000 parados, las nuevas medidas y las negras previsiones anunciadas por el Gobierno el pasado viernes y las distintas y contradictorias declaraciones de varios dirigentes gubernamentales conforman un paquete difícil de digerir para cualquiera. Hace poco menos de una semana los Ministros de Guindos y Montoro, incluso el propio Presidente, declaraban que no iban a hacer falta nuevos recortes, que las autoridades europeas no exigían más ante los recortes ya llevados a cabo y que no habría, en palabras del propio Rajoy, más “hachazos”. Días después, el propio Presidente Rajoy nos anunciaba recortes adicionales en 2013 por importe de 3.000 millones de euros ¿navajazo en vez de hachazo? El viernes pasado, la Vice Presidenta, Sáenz de Santamaría, pedía comprensión a los ciudadanos y el domingo era Rajoy era el que pedía paciencia a la vez que repetía que el gobierno “sabía a dónde iba”.
El problema no radica en “saber a dónde se va”, sino que lo que es discutible es el camino elegido para llegar al destino. Es muy probable que sin todas las reformas emprendidas por el Gobierno de Rajoy y todos los sacrificios impuestos a los ciudadanos hoy estaríamos mucho peor. Es muy probable que de haber seguido con las políticas socialistas hoy España estaría intervenida con muchos más recortes que los hasta ahora impuestos y con una tasa de paro todavía peor. Pero el problema es que para lograr esto, el Gobierno ha optado por unas medidas contrarias a su programa electoral y a los propios principios definidores de la acción política de un Gobierno del Partido Popular. Es decir, que el Gobierno del PP ha elegido un camino diferente al que prometió y que a la luz de los resultados y, sobre todo de las negras previsiones, es mucho más largo y tortuoso de lo esperado.
Sáez de Santamaría nos pide comprensión y Rajoy paciencia. Sinceramente es muy difícil comprender por qué se han abandonado las políticas y los principios del programa del Partido Popular para aplicar unas medidas que sólo en parte obtienes resultados precarios, sobre todo en la contención del déficit, y es más difícil aún ser comprensivos cuando nadie se toma la molestia en explicar a los ciudadanos el por qué de dichos cambios. La paciencia pedida por el Presidente no es otra que la resignación ante el sufrimiento que la situación actual impone. Según se recoge hoy en vozpopuli.com el propio Gobierno admite que el impacto de las medidas que ha venido adoptando ha sido perjudicial para el crecimiento económico y para la creación de empleo. Los recortes y las subidas de impuestos del Gobierno son las responsables del desplome de la economía. En el Plan Nacional de Reformas remitido a Bruselas para el año 2013 se admite que el crecimiento económico se ha frenado un 2,58% en un año como consecuencia de unas políticas que también han dado como resultado un aumento del 1,9% del paro. El Ejecutivo sostiene que esas cifras se tornarán positivas a en una década cuando, según sostiene, el empleo crecerá un 9,12% gracias a las que bautiza como «medidas de consolidación fiscal». Es decir, que sanear las cuentas públicas y el sector financiero, bases imprescindibles para crecer, han supuesto en un primer momento un frenazo al crecimiento y, consecuentemente, un mayor desempleo.

Los que hoy hablan sin pudor alguno de “austericidio”, aplaudieron ayer el “despilfarricidio” cuyas consecuencias estamos pagando ¡y a qué precio! Hay que saber que no podemos volver a esas políticas socialistas fracasadas. Todavía tenemos que gastar menos e ingresar más para equilibrar las cuentas públicas. Se ha hecho evidente que aumentar los ingresos subiendo los impuestos ha sido contraproducente porque ha implicado reducir la actividad económica y generar más paro. A lo mejor es hora de volver al programa popular y bajar la presión fiscal para dinamizar la actividad, generar consumo, empleo e incrementar así la recaudación. Y gastar menos se puede seguir haciendo pero no a través del recorte de las prestaciones sociales sino acometiendo de verdad la reforma y recorte de un estado insostenible y plagado de duplicidades. Es decir, acometiendo de una vez una profunda reforma política.
Estos días dos voces se han alzado frente a la comprensión y a la paciencia y merece la pena analizar lo que dicen. Desde posiciones ideológicas distintas tanto Mikel Buesa como Esperanza Aguirre vienen a coincidir en que la situación económica exige la adopción de medidas con más contenido político que económico, pero cuyas consecuencias serán de calado económico. Parece que el fuerte impulso reformista que caracterizó los primeros meses del Gobierno de Rajoy ha perdido fuelle. 40 de las 70 reformas anunciadas en el último año no se han llevado a cabo y un análisis de las mismas permite subrayar que son precisamente las reformas de más contenido político las que se han quedado aparcadas.
El Gobierno debería volver la vista y centrar su actividad en la puesta en marcha de todas las reformas de contenido político que permitirán reducir el gasto público y aumentar la eficiencia de nuestras administraciones públicas. Y hacerlo venciendo las notables resistencias que esas reformas levantan entre la clase política y especialmente entre los propios barones del Partido Popular. Lo que no resulta admisible ni comprensible es que el peso de las reformas siga recayendo sobre el sufrido ciudadano mientras no se acometen reformas estructurales profundas. Sabemos el destino al que nos llevan pero no puede haber paciencia cuando se elige un camino que no era el previsto, que resulta ser el más largo y cuando las mochilas más pesadas las tienen que llevar los de siempre, los ciudadanos.
Santiago de Munck Loyola

El Debate del estado de la Nación 2013.

Tras el paréntesis del año 2012, hoy se ha iniciado el vigésimo tercer debate sobre el Estado de la Nación, continuando con una tradición parlamentaria que se remonta al año 1983. Mucho ha cambiado España en estas tres décadas y mucho ha cambiado también el nivel parlamentario si se compara con aquel primer debate protagonizado por Felipe González como Presidente del Gobierno y Manuel Fraga como líder de la oposición. Hoy, los principales adversarios se han estrenado en sus funciones. Por primera vez, Mariano Rajoy ha intervenido como Presidente del Gobierno y Alfredo Pérez como líder de la oposición. Uno y otro habrán gustado más o menos a los ciudadanos que hayan tenido las ganas y la paciencia de seguir el debate, pero seguramente cada uno habrá convencido a los miembros de su bancada y, por supuesto, a los tertulianos y comentaristas políticos afines que no suelen andarse con matices.
Y ¿cómo está la Nación? ¿Mejor o peor que hace un año y medio? Pues depende de los parámetros que usemos para medir ese estado. Si nos quedamos en los síntomas, la fiebre sigue subiendo. Si nos fijamos en las causas parece que la infección que causaba la fiebre ha empezado a tratarse adecuadamente y que los antibióticos administrados empiezan, lentamente, a hacer efecto. Es evidente que a muchos les molesta que se hable de la herencia y piensan que se trata de una excusa para justificar el actual estado económico y social de la Nación, pero un año en los ciclos económicos es muy poco tiempo aunque a los ciudadanos se nos haga eterno. Hoy estamos donde estamos porque hace 5 ó 6 años no se adoptaron las medidas ni las reformas que debían haberse tomado o, por el contrario, se adoptaron decisiones que sólo han servido para agravar la situación actual. Hay quien va más lejos y apunta que nuestros males actuales provienen de los gobiernos de Aznar. Si fuera así, si estaban convencidos de ello, no queda más remedio que preguntarse cómo es posible que durante los 7 años siguientes no se hiciese nada por corregir el rumbo de la economía ni se propiciase un cambio en el modelo productivo. Es más, resulta inexplicable que durante esos 7 años se incidiese en ese modelo y se exhibiese como propios los logros derivados del impulso de aquellas políticas. Sólo hay que recordar lo de la “Champion league” de las economías y otras simplezas similares.
La Nación sigue teniendo fiebre, tos y dolor de cabeza. Se han aplicado fármacos que parecen que pueden funcionar y no hay tratamientos alternativos creíbles a la vista. Y es evidente que estos fármacos tienen numerosos efectos secundarios que a nadie gustan.
Hoy, el Presidente del Gobierno ha reconocido la persistencia de los síntomas y ha anunciado una serie de medidas para tratar de fortalecer el debilitado cuerpo de la Nación: estímulos para la contratación de jóvenes, impulso a los emprendedores, nuevas inyecciones para el pago a proveedores, modificación del sistema de ingreso del IVA, etc. Ha ofrecido un pacto a todos los grupos para combatir la corrupción y ha anunciado igualmente medidas concretas para su erradicación. También hay que resaltar sus referencias al problema territorial originado por los independentistas y su compromiso con la defensa de la Constitución y al respeto a la soberanía del pueblo español. Su intervención ha sido paralela, en gran parte, a la escala de preocupaciones de los ciudadanos que recientemente subrayaba la encuesta del CIS. Sin embargo, siendo la corrupción una preocupación de los ciudadanos y que está vinculada a una preocupación aún más importante como lo es la actitud de la clase política no ha hecho un análisis, ni ha esbozado ninguna propuesta que pueda hacer cambiar esa negativa percepción ciudadana. Tampoco ha querido entrar en ese tema el líder de la oposición que no debe compartir esa percepción negativa que los ciudadanos tenemos sobre la clase política y se ha centrado en el problema colateral generado por parte de esa misma clase política para utilizarla como arma arrojadiza. Parece que el estado de la Nación no es bueno, pero el de la clase política es estupendo a juzgar por la falta de autocrítica evidenciada en el debate.
Ambos líderes están “tocados” en su credibilidad política. El Presidente del Gobierno ha tenido el gesto, poco habitual por cierto, de reconocer que no ha cumplido parte de sus compromisos electorales por culpa de la situación que se encontró al empezar a levantar las alfombras del poder. Pero no se puede olvidar que si el trabajo que el Partido Popular desarrolló en su última etapa de oposición hubiese sido distinto, habrían podido tener, pese a las reiteradas mentiras del anterior Gobierno, un análisis mucho más ajustado de la situación real y ello habría impedido realizar promesas electorales que, de momento, no se pueden cumplir.
Por otra parte, el líder de la oposición es co responsable de las acciones y omisiones del anterior gobierno causantes, en gran medida, de la situación actual. Por citar el mismo ejemplo escuchado esta tarde en el debate, si en el 2007 empezaron a crecer exponencialmente las ejecuciones hipotecarias y su Gobierno no adoptó ni una sola medida de reforma e incluso se opuso en 2010 a la consideración de la dación en pago ¿qué credibilidad pueden tener sus críticas a las medidas que hoy adopta el nuevo Gobierno? ¿Qué credibilidad puede tener el líder socialista cuando teniendo más de 120 causas abiertas por presuntos casos de corrupción en toda España su gobierno no propuso ni adoptó ninguna medida para su erradicación?
Habrá a quien le interese quién ha ganado o perdido este debate, quién ha estado mejor o peor. Pero lo relevante, lo importante es saber si este debate ha servido para que los ciudadanos ganemos algo o no, para que la Nación perciba o no que sus políticos están haciendo lo que deben para servir a los ciudadanos. España está para pocas peleas de gallos. Necesitamos soluciones a los problemas del día a día y esperanzas de un futuro próximo mejor. Lo demás, sinceramente, aburre bastante.
Santiago de Munck Loyola

Ataques irresponsables y defensas estúpidas.

Hay que lo que está dando de si todo el asunto de los supuestos papeles de Bárcenas tan aireados por el Grupo Prisa y tan aplaudidos los socialistas. Y lo que te rondaré, morena, como decía aquel. Acusaciones, desmentidos, pruebas caligráficas, contra pruebas caligráficas, ruedas de prensa, comparecencias, declaraciones, ruedas de prensa y lo que queda por venir. Hay que resaltar algunas cosas en medio de tanto lío, de esta ceremonia de la confusión y de este ensayo de deslegitimación y derribo callejero del Gobierno de España.
De una parte, la irresponsable actuación del principal partido de la oposición, el PSOE, y de su líder, con mando pero sin liderazgo, Sr. Pérez Rubalcaba. Hay lujos que se pueden permitir los líderes de los grupos minoritarios, siempre dispuestos a la algarada y a los exabruptos, como el Sr. Cayo Lara que no tiene sobre su formación excesivas acusaciones de corrupción por la sencilla razón de que no gobierna en muchos sitios pero que si lo hiciera le pasaría como en Rivas-Vaciamadrid, donde el dinero público se usa de forma poco escrupulosa y donde procesan a algún que otro concejal de su formación política por actitudes poco ejemplares y presuntamente ilegales, eso sí, con el silencio cómplice de la prensa local. Pero el Sr. Pérez Rubalcaba al que la presunta vacunación recibida con ocasión de Filesa no le ha debido hacer ningún efecto visto el caso de la Fundación Ideas y de los EREs andaluces (1.000 millones de euros saqueados por un entramado organizado en la Junta de Andalucía) no se puede permitir esos lujos, ni mucho menos. No se trata sólo de que no está libre de pecado, sino que, además, demuestra una baja catadura moral quien sobre la base de pruebas más que dudosas pone en cuestión la honorabilidad de muchas personas y, nada menos, del propio Presidente del Gobierno cuya trayectoria, en este campo, ha sido siempre ejemplar. La inocencia no hay de demostrarla. Al revés, quien acusa debe probar sus acusaciones y sin haberlo hecho no de puede ir pidiendo la dimisión de nadie cuando ni siquiera hay acusaciones o imputaciones sobre ninguna persona de la cúpula del Partido Popular. Hacerlo además cuando hay tanto en juego en el exterior, repito, sin indicios sólidos, es, además, una muestra del que “todo vale” con tal de volver a la Moncloa. Todo suena demasiado a lo ocurrido hace casi 9 años, fabricación de pruebas falsas, testimonios inverosímiles, agitación en las redes sociales, algarada callejera, asedio a las sedes de Partido Popular,… típico del “comando Rubalcaba”. Claro que quien no ha querido reabrir las investigaciones pendientes de aclaración, tampoco está ahora en condiciones de quejarse de que se repita, sin sangre esta vez, la historia. A lo mejor el Sr. Rubalcaba debería estar explicando ahora de donde proviene su fabuloso patrimonio ( 1.223.154.- €) amasado durante el mismo tiempo que Rajoy se ha dedicado a la política o cómo bajo su mandato algunos policías colaboraron con banda armada en el llamado caso “Faisan” o por qué bajo su mandato desaparecían cientos de kgs. de cocaína de la Comisaría de Sevilla o muchos otros interrogantes dejados sin responder tras su paso por la política y por diferentes Gobiernos.
De otra, hay que destacar que algunos estarían mejor calladitos en vez de decir estupideces a la hora de defender la actuación del Partido Popular. Si uno no sabe qué decir, mejor callarse, Si uno no sabe de qué se habla, mejor no abrir la boca. Y si uno tiene que mentir, mejor no hacerlo. Es el caso del Sr. Floriano. Hoy se ha cubierto de gloria y ha hecho un espantoso ridículo ante los medios de comunicación. Cuando le han preguntado por qué el ex marido de Ana Mato seguía estando contratado por el Partido Popular pese a estar imputado en el caso “Gürtel” no se le ha ocurrido otra cosa que decir que “es funcionario de esta casa” que tiene derecho a seguir cobrando un sueldo mientras no se le despida y que “a partir de ahí no podemos hacer más, los imputados no pueden ser despedidos legalmente”. Vamos a ver, Carlitos, ¿por qué mientes? El Partido Popular no es, por si no lo sabes, una administración pública y por tanto no tiene funcionarios, sino contratados laborales. Y como cualquier contratado puede ser despedido, esté o no imputado. Cuestión muy distinta es que dicho despido sea declarado procedente o improcedente y que en este último caso, y no readmitiéndole, se le hayan de abonar las cantidades que le Ley señala. Pero no cuentes películas, no tomes por idiotas a los ciudadanos. Si hay una cosa clara es que, en las actuales circunstancias, Jesús Sepúlveda debería haber sido despedido hace tiempo y si no lo ha sido es por puro amiguismo. Exactamente por la misma razón por la que fue promovido en 2003 a candidato a la Alcaldía de Pozuelo de Alarcón.
Haciendo memoria hay que recordar que Jesús Sepúlveda desplazó como candidato a Martín Crespo que llevaba 19 años como Alcalde de Pozuelo de Alarcón, mayoría absoluta tras mayoría absoluta, y que fue una imposición de las alturas de Génova pasándose, como suele ser habitual, la opinión de los militantes de Pozuelo de Alarcón  por el arco del triunfo. ¿Sus méritos? Ser el marido de Ana Mato, nepotismo puro, y pertenecer al llamado Clan de Valladolid, amiguismo puro. Los resultados de tan brillante elección a la vista están, imputado en el caso “Gürtel” y presunto beneficiario de pagos hechos por Bárcenas. Una vez más se demuestra que mientras no se abra paso la democracia interna en el seno del Partido Popular y en los demás partidos se seguirán repitiendo estos escándalos. Y si no que nos pregunten en Alicante qué militante pudo votar a los ediles que hoy nos representan en el Ayuntamiento de Alicante, cuya Alcaldesa también está imputada.
Lo dicho al principio, desgraciadamente ésto va para largo y cuando la tormenta pase, empezará otra porque nuestra clase política no parece estar por erradicar las verdaderas causas de la corrupción y porque para algunos todo vale cuando pierden el poder.
Santiago de Munck Loyola

Poca munición para Rubalcaba.

Todo este jaleo que han organizado las informaciones sobre las cuentas suizas del Sr. Bárcenas está dando mucho juego político aún antes de que hayan aparecido todos los cabos sueltos que parecen existir. La corrupción siempre ha sido un arma arrojadiza entre los partidos políticos; el “y tú más” está y ha estado siempre a la orden del día. Pero en todo este lío aparecen algunas declaraciones y actitudes muy significativas. No estamos ante un asunto aislado, un posible caso de corrupción en el paraíso de la honestidad pública, sino de un caso más, cuyo alcance e implicaciones está aún por conocer, entre una larguísima lista de casos que alcanzan a prácticamente a todos los partidos que tocan o han tocado poder. Y por eso, porque no es el primer caso, ni desgraciadamente el último, llaman la atención las declaraciones de unos y otros.
Sin señalar a nadie resulta extremadamente sospechoso el silencio de algunos en torno a las cuentas suizas del clan Pujol o del padre del Presidente de la Generalidad catalana; o la afonía crónica que han venido padeciendo otros respecto al fraude de los ERES en Andalucía que han supuesto la desaparición de muchos más millones de euros que los apuntados al Sr. Bárcenas en Suiza o del escándalo de Santa Coloma; qué decir de la falta de petición de  excusas a los españoles por haber montado toda una trama de financiación ilegal de su partido a través de empresas como Filesa, Malesa y Time Export; o el silencio ante el latrocinio de fondos reservados, el BOE, los huérfanos de la Guardia Civil; o el mirar hacia otro lado cuando se habla de la operación Campeón. En fin que la lista de los silencios, y no de los corderos precisamente, es interminable. Sin ir más lejos, cuando hoy mismo se preguntaba a algún responsable socialista sobre el pago de 600.000 euros de una Fundación socialista, nutrida con fondos públicos, a familiares y amiguetes de los más altos dirigentes socialistas responden sin despeinarse que se trata de “pagos legales y, por supuesto, morales”. Y se quedan tan frescos. La Sra. Soraya Rodríguez no debe saber lo que el nepotismo. Y para qué mencionar los problemas tributarios de la Sra. Valenciano en la Comunidad Valenciana, en Alicante sin ir más lejos.
Sin embargo, al que hoy le ha debido traicionar el subconsciente es al Sr. Pérez Rubalcaba. Interrogado sobre la propuesta del Presidente Rajoy para concluir un pacto contra la corrupción el Sr. Rubalcaba se desmelena y lo rechaza diciendo que PSOE y PP no pueden dar la impresión de que llegan ahora a un acuerdo para tapar las vergüenzas de un caso de corrupción. No, no se trata de eso, un pacto contra la corrupción no se formula para tapar las vergüenzas de nadie, sino para adoptar de forma conjunta las medidas legales y políticas que conduzcan a imposibilitar que se vuelvan a producir casos de corrupción. ¿En qué estaría pensando el Sr. Rubalcaba? ¿Qué quiere tapar? Y tratando de sacar pecho, como lo describe algún medio de comunicación, el Sr. Pérez Rubalcaba ha proclamado que “en el PSOE no hay un euro negro, ni cuentas en B, ni comisiones ilegales”. Estupendo, ya era hora. Pero esa afirmación ¿qué significa? ¿Qué en los demás partidos sí las hay? ¿Tiene pruebas de ello?
Estamos atravesando no solamente una dura crisis económica, sino también una peligrosa crisis política e institucional. En este contexto los partidos políticos deberían hacer un gran esfuerzo por recuperar la credibilidad y la confianza de los ciudadanos, cada vez más hartos de estos denigrantes espectáculos que manchan a toda una clase política compuesta en su mayoría por gente honesta. Hoy, como ayer, hay problemas de corrupción porque los partidos políticos no han resulto de forma clara el problema de su propia financiación y porque no han querido adoptar mecanismos de garantía y control en los procedimientos de contrataciones de las administraciones públicas o las regulaciones urbanísticas, ni han querido acabar con las grandes dosis de discrecionalidad que en ambos campos se aprecian. Es una asignatura pendiente y no se pueden permitir el lujo de volverla a suspender.
Le guste o no a la oposición socialista, la respuesta que el Partido Popular ha dado ante las informaciones publicadas sobre posibles irregularidades económicas ha sido rápida y certera. Tanto desde un punto de vista del funcionamiento interno del partido mediante una doble revisión de sus cuentas, como desde el punto de vista político con la próxima comparecencia de Montoro, el Presidente Rajoy ha establecido un camino transparente y lo ha hecho con una rapidez muy superior a la empleada por otros años atrás. Otra cosa es, y lo estamos viendo, que con estas medidas esté dejando sin munición a algunos francotiradores.
Santiago de Munck Loyola

La izquierda incoherente y sin memoria reciente.

En los últimos tiempos y especialmente en la última semana buena parte de los dirigentes de la izquierda  nos están ofreciendo todo un recital de incoherencia, de amnesia selectiva y de cinismo político. Cuando uno escucha determinadas declaraciones y observa algunos comportamientos no tiene más remedio que preguntarse si estos dirigentes políticos se creen realmente lo que dicen y hacen o si creen que los ciudadanos somos tontos o desmemoriados. Cuanto más grandilocuentes son sus descalificaciones sobre las diferentes medidas que ha ido tomando el Gobierno de Rajoy más se pone en evidencia, de una parte, la urgencia de su adopción y, de otra, que los causantes de las mismas son sobre todo los solemnes vociferantes socialistas y sus satélites sindicalistas.
El actual aparato dirigente de lo que queda del PSOE tras el émulo de Atila, Zapatero, parece que ha hecho suyo el enunciado de Goebbels “una mentira repetida mil veces se transforma en una verdad” y, por ello, se han lanzado a una frenética carrera para condenar la revalorización de las pensiones para el año 2013 aprobada por el Gobierno de Rajoy. Sin cortarse un pelo repiten mil y una vez que el Gobierno no sube las pensiones o que las ha congelado y poniéndose al frente de la manifestación, los socialistas, los únicos que en las historia de la democracia congelaron las pensiones en 2010, tratan con la complicidad de los amnésicos grupos parlamentarios de la oposición de utilizar como tercera cámara legislativa al Tribunal Constitucional. Y sin despeinarse. Hay que ser muy cínicos, tener mucha cara dura y despreciar mucho al ciudadano para enarbolar una falsedad semejante y presentar un recurso de inconstitucionalidad. Si presentan un recurso contra este incremento de las pensiones ¿por qué no lo presentan de paso contra la congelación del año 2010? Si por una de esas extrañas cosas que a veces pasan en el Tribunal Constitucional ganasen el recurso todos los pensionistas se lo agradecerían eternamente.
No ha habido ninguna congelación de las pensiones para el año 2013. El Gobierno ha aprobado una revalorización de las pensiones que, eso es cierto, no alcanza el incremento que el IPC ha sufrido en el último año pero que, en todo caso, sí supone una mejora de las pensiones superior desde luego a la que el tandem Zapatero-Rubalcaba aprobó en el año 2010. Seguramente el Gobierno habría deseado poder subir las pensiones incluso por encima del IPC pero no lo ha podido hacer, entre otras cosas, por el inmenso agujero en las cuentas públicas dejado por el Sr. Rubalcaba y sus conmilitones. Ni tenemos un Gobierno masoquista al que le encanta fastidiar a los votantes para perder votos, ni tenemos un Gobierno irresponsable subido en una nube fumando brotes verdes, ni tenemos, afortunadamente, un Gobierno de conjunciones planetarias. Se podría comprender que el incremento aprobado fuese discutido en cuanto a su distribución en función de la cuantía de las pensiones para reclamar más incremento para las mínimas y menor para las más altas, pero no a eso se han dignado los amnésicos pirómanos de las calles.
Otro de los aspectos en los que buena parte de la clase dirigente de la izquierda está dando sobradas muestras de su maestría en la incoherencia y el cinismo es de la sanidad pública y, en especial, la madrileña cuyo Gobierno Regional ha iniciado un plan de reformas que incluye la privatización de algunos servicios hospitalarios y de 23 centros de salud. Hasta ahora, la Comunidad de Madrid ha venido insistiendo en que los centros sanitarios van a seguir siendo públicos y sólo va a privatizar determinados servicios complementarios. Algo que se parece mucho al modelo que se viene siguiendo en la Junta de Andalucía desde hace muchos años. El modelo de conciertos significa que centros sanitarios que son privados, «con gestión privada y actividad propia», realizan «alguna actividad programada que se encarga por parte del SSPA», afirmaba hace unos días  la Consejería de Salud y Bienestar Social de Andalucía. Puede, y aún no se sabe, que haya diferencias cuantitativamente en función de la cantidad de servicios complementarios a privatizar pero una cosas es cierta: cualitativamente parecen el mismo modelo.
Por último y por citar sólo un ejemplo más de la incoherencia y el cinismo de parte de esta izquierda poszapateril tenemos el caso de los ERE puestos en marcha por los sindicatos al amparo de la denostada reforma laboral y especialmente por CCOO. Tiene lo suyo que este sindicato, tan dócil y subvencionado con el Gobierno anterior, haya hecho un “casus belli” de la Reforma Laboral y que simultáneamente se apreste a aplicarla con devoción a centenares de sus propios empleados. ¿Cabe mayor prueba de incoherencia y de cinismo?
Mal camino es éste para que la credibilidad en la clase dirigente española pueda recuperarse. Cuando no es la derecha es la izquierda y cuando no las dos juntas. Los ciudadanos nos merecemos más respeto y algunos, que no todos, parecen empeñados en hacernos comulgar con ruedas de molino. Mal camino, sí señor.
Santiago de Munck Loyola

La paga extra para la ONG “políticos sin fronteras”.

A medida que se acercan las fiestas navideñas y se hacen más evidentes las consecuencias de la supresión de la paga extra para los empleados públicos crece la indignación, el cabreo y la impotencia de los afectados. Esta mañana, sin ir más lejos, charlando con dos compañeros la irritación y la indignación eran más que evidentes. El que más y el que menos contaba en su presupuesto personal y familiar con la paga extra y ahora su supresión borra de un plumazo muchas previsiones y desbarata las economías de millones de familias. Como es natural se lanzaban muchas preguntas al aire ¿por qué tienen que pagar los empleados públicos las consecuencias de la mala gestión de los políticos? ¿Por qué se rebaja el sueldo a los empleados públicos año tras año y ahora se elimina además la paga extra mientras que sigue habiendo gente que gana cientos de miles de euros con cargo a los presupuestos públicos? ¿Por qué se consiente que miles de políticos cobren de las arcas públicas más de un sueldo bajo el disfraz de dietas y complementos? ¿Por qué la clase política, responsable de esta crisis, sigue disfrutando de toda clase privilegios? ¿Por qué hay dinero público para rescatar a los bancos y no lo hay para pagar con justicia el trabajo de los empleados públicos? ¿Por qué los ciudadanos tenemos que ayudar a los bancos hundidos por la pésima gestión consentida por los gobernantes? ¿En qué clase de país vivimos que unos empleados públicos se quedan sen paga y otros no según el territorio? La lista de preguntas era muy larga y el dedo acusador señalaba como culpable, curiosamente, al actual Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. De poco valía intentar explicar que no era así porque el afectado sólo ve al que ha suprimido, en este caso, la paga extra y no ha quien nos ha conducido hasta aquí.

No me cabe la más mínima duda de que la supresión de la paga extra a los empleados públicos es profundamente injusta, sobre todo, porque no va acompañada de un sacrificio similar para toda la clase política cuya ejemplaridad vuelve a brillar por su ausencia. No basta con que los políticos hayan decidido aparentar ser solidarios prescindiendo ellos también de dicha retribución. No basta porque siguen conservando toda una clase de privilegios que se han otorgado ellos a si mismos tales como ventajas fiscales para los parlamentarios, coches oficiales, pagos en especie de toda clase, viajes gratis, comidas subvencionadas, cotizaciones privilegiadas para el cobro de sus pensiones, indemnizaciones injustas, percepciones retributivas públicas simultáneas de diferentes administraciones o empresas públicas, cuantías salariales inmorales e injustificables y todo un largo etcétera que define y caracteriza perfectamente la existencia de una casta superior que impone sacrificios a los demás mientras mantiene casi intacto su estatus. ¿Con qué cara se puede pedir a un empleado público que asuma este sacrificio mientras esa clase política permite que con dinero público se paguen sueldos de 100.000, 180.000, 750.000 ó 900.000 euros anuales? Porque estas cifras son ciertas y reales. No se trata sólo de sueldos de alcaldes o presidentes de comunidades autónomas, sino también de todos esos miembros de la casta partidista colocada en empresas públicas o en cajas y bancos sostenidos con ayudas públicas que se asignan tan estimulantes salarios. Ésa es una realidad incuestionable que ni éste ni ningún otro gobierno ha querido o ha podido abordar. Y que no nos cuenten que esas retribuciones tienen su justificación en las altas responsabilidades que sus trabajos conllevan porque es un cuento chino. Más responsabilidad tiene el Presidente del Gobierno o el Ministro de Hacienda y ganan diez veces menos que el Presidente de Bankia, entidad nacionalizada a la que van a parar miles de millones de euros públicos. Y para responsabilidad de verdad la de cualquier cirujano de la seguridad social, por poner un ejemplo, al que se le rebaja el sueldo y se le quita la paga extra en nombre de una austeridad y una solidaridad que en el fondo sirve también para que los intocables de la política se sigan forrando en nombre de España o de su sagrada autonomía.

¿No estábamos en la Champions League de las economías según Zapatero? ¿No teníamos el sistema financiero más sólido de Europa según este nefasto personaje? ¿No afirmaba sin el más mínimo rubor que hasta los franceses nos envidiaban? ¿No decía que esto no era una crisis sino unos simples desajustes temporales? ¿Y los brotes verdes? ¿Se los comió o se los fumó? Nada de nada. Y por dejarnos semejante herencia, en lugar de comparecer ante la justicia como en Islandia, ahí está, tan ricamente, cobrando 6.000 euros limpios al mes a costa de los españoles. Y como él muchos otros, todos tan tranquilos, sus cómplices sindicales y empresariales, sus palmeros subvencionados,  sus socios políticos y todos los que por acción u omisión nos han traído hasta aquí. Él fue el médico que no supo diagnosticar ni tratar adecuadamente la infección y ahora Rajoy es el médico que tiene que amputar y, por eso, se lleva la ira y el odio del paciente, entre otras cosas, porque no explica claramente  el parte médico. Una vez más, los fallos en comunicación son mortales.

Eliminar la paga de los empleados públicos es una chapuza con consecuencias inevitables en la caída del consumo y en la recaudación del IVA. Es un parche, un tratamiento sintomático poco eficaz porque sigue sin abordarse un tratamiento radical, ejemplar y profundo del uso del resto del dinero público que sigue siendo derrochado a manos llenas por una buena parte de la clase política, siempre instalada en el País de las Maravillas.
Santiago de Munck Loyola