ALDO OLCESE: PRECISIONES SOBRE UNA ANÉCDOTA.

El artículo que escribí sobre la anécdota protagonizada por el Sr. Olcese en su visita al Ayuntamiento de Monforte del Cid ha tenido una amplia repercusión entre los internautas. Entre los comentarios que ha merecido este artículo, transcribo a continuación el siguiente para poder ampliar la contestación al mismo: “Santiago, me pregunto porque ahora publicas este comentario y no en el momento que ha sucedido. Por la situación del mercado inmobiliario dudo que haya ocurrido en 2010. Peculiar sin duda recordar un solo evento en 7 años….. un saludo Denis”. Se percibe cierta animadversión en el anónimo comentarista, pero al margen de ello creo importante realizar las siguientes precisiones:
– En cuanto al momento de publicar el artículo lo hago cuando ha surgido y he considerado más oportuno. Cosas de la libertad. En todo caso, no podía hacerlo cuando ocurrió este episodio porque no existía este Blog cuya vida es de hace a penas cinco meses.
– Esta anécdota, en efecto, no se ha producido en 2010, pero el hecho de que el mercado inmobiliario esté hecho un desastre no significa, ni mucho menos, que no se estén tramitando instrumentos urbanísticos en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas.
– No es ésta la única anécdota o evento que cito en mi blog, ni será la última, pero los malos modales y despreciables técnicas del Sr. Olcese sí han sido peculiares y únicas en mi trabajo en los últimos siete años.
El Sr. Olcese fue contratado por el grupo inmobiliario que ha desarrollado Alenda Golf en Monforte del Cid, en el que se integra la empresa Jatolex impulsora del proceso de urbanización del Valle de Alenda y vinculado al grupo Reebok. Y resulta llamativo el contraste entre los representados y el representante pues aquellos siempre han mantenido una actitud cordial, educada y colaboradora con la administración municipal aportando al desarrollo y bienestar del municipio más de lo que la Ley impone. Lo que resulta evidente es que no fue contratado precisamente por sus conocimientos jurídicos ni urbanísticos pues de la conversación mantenida con él quedó patente su ignorancia jurídica y su desdén hacia las normas urbanísticas. Presumió de sus supuestas amistades en las altas esferas del Partido Popular, amenazó con utilizar la prensa para perjudicar a la Alcaldesa del pueblo y amenazó con mover sus influencias para que el secretario general del Ayuntamiento perdiera su trabajo. Es significativo que se negase a seguir hablando conmigo sobre el procedimiento jurídico y que se “explayase”, como lo hizo, ante la Alcaldesa, una mujer. Todo ello para conseguir los fines para los que le habían contratado. Vino como conseguidor, y muy bien pagado según se rumorea, y lo hizo con unos modales impropios de quien va dando lecciones de todo en sus frecuentes comparecencias públicas. Y tras pasar por Monforte, hizo lo propio en la Consellería competente de la Generalitat Valenciana.
Hoy, el Sr. Olcese, ahora como conseguidor de la SGAE y demás entidades menores, ha intervenido en un Foro para trasladar su opinión y su presión hacia el poder político en relación a la regulación sobre la propiedad intelectual y las descargas. Se le ve muy preocupado por la según él inexistente normativa, cero normativa recalcaba, y ya podía haberse preocupado antes de conocer la existencia de una amplia normativa urbanística en la Comunidad Valenciana que hay que cumplir y respetar y no pisarla con sus condecoradas botas. Resulta preocupante que alguien con tan escasa sensibilidad jurídica y, por qué no decirlo, medio ambiental pues quería arrasar una zona forestal, sea ahora un encarnizado defensor e impulsor de nuevas normas que, sin duda, van a afectar a la libertad de expresión y a la libre circulación de ideas.
Resulta aún más preocupante la “fina” propuesta jurídica del Sr. Olcese, ratificada hoy, de que sea la autoridad administrativa y no la judicial la que pueda cerrar webs que incumplan la nueva regulación. Dejar que un derecho fundamental pueda ser suspendido o anulado por la autoridad administrativa o política es un peligroso camino muy apropiado, quizás, para su amigo el Rey de Marruecos, pero impropio de nuestro régimen político. Sinceramente, los creadores y los autores deberían buscarse un representante con más credibilidad.
Santiago de Munck Loyola.

SOY CULPABLE Y PAGO EL CANON DIGITAL.

Lo confieso: soy adicto a hacer fotografías, a hacer películas con mi videocámara, a escribir, a usar el teléfono móvil y a navegar por Internet. Cada vez que viajo o participo en alguna reunión familiar uso la cámara de fotos o la de video, a veces la del móvil. De vez en cuando me pongo a escribir y a diario navego por la red. Estas aficiones me han convertido en un presunto delincuente y por ello tengo que pagar un canon a los indigentes artistas españoles. Lo confieso, soy culpable. No lo puedo evitar.
Para satisfacer estos bajos y perniciosos instintos decides ir equipándome poco a poco. Ya tienes un móvil porque has aprovechado los puntos acumulados aunque, como querías el último grito, te ha tocado pagar un poco. Este, además de pantalla táctil tiene una estupenda cámara. Te compras un ordenador con los complementos que parecen necesarios para poder desarrollar estas criminales aficiones. Cuando no entiendes mucho de esto siempre hay algún buen amigo o en las grandes cadenas un amable dependiente, normalmente muy joven que te mira con aire de suficiencia y de comprensión ante tu ignorancia, que te va aconsejando sobre lo que te puede ser más útil:
.- ¿Qué uso le va a dar al equipo, señor?
.- Pues, no sé, el normal, archivar fotos, videos, documentos, usar Internet…
.- ¿Y se quiere gastar mucho?
.- La verdad es que cuanto menos mejor, pero, vamos, tampoco me dé un saldo, quiero algo práctico, bueno y que no sea muy caro.
Amablemente, te aconseja un PC con grabadora, con un escaner, con una memoria externa por seguridad, una impresora y, como es barato, te llevas de paso una memoria USB que “viste mucho”. Al llegar junto a la caja ves las ofertas de CD y DVD y te llevas unos cuantos, dos caja de 10 unidades. Pagas, te dan la factura con el precio, IVA incluido, pero no pone nada de un canon. Pasado un tiempo y recuperado del “sablazo” compras una cámara de video y, de paso, una cámara fotográfica digital. La misma operación, amable dependiente, sabios consejos y paso por caja. Ya has reunido suficientes piezas para empezar tu carrera delictiva. Ya te puedes convertir en un creador, en un cineasta doméstico, en fotógrafo casero y perder las horas por Internet. El equipo ha costado una pasta, IVA incluido, pero ha merecido la pena para poder dar rienda suelta a tu capacidad creativa.
Haces tu primera foto, la vuelcas en el ordenador, una copia en la memoria externa, haces una copia en CD y la imprimes. O lo mismo con tu película. ¡Qué satisfacción! Y ahora echas cuentas. 9 € por el escaner, 7,95 € por la impresora, 19,40 € por el PC, 1,10 € por el móvil, 12 euros por la cámara de fotos, 12 € por la cámara de video, 12 € por la memoria externa, 3,15 € por la memoria USB, 2,20 € por los CD y 4,40 € por los DVD. Total 83,20 € o lo que es lo mismo 13.843 de las antiguas pesetas. ¡Jo, qué barato! Pero, no, los 83,20 € no son el precio, es el canon digital que has pagado por convertirte en autor, es el dinero que pagas a la SGAE, a los artistas de la ceja. ¡Oiga, pero si aquí el autor soy yo! ¡Soy yo el que ha hecho la foto o la película! ¿Por qué tengo entonces que pagar derechos de autor a Ramoncin, Teddy Bautista y compañía? ¿Por qué estos individuos se tienen que aprovechar de mi creatividad? ¡Ah, se siente! El Gobierno lo ha decidido así. Usted dice que ha comprado todos esos artilugios electrónicos para hacer sus fotos y pelis, pero por Ley, el Gobierno, sus asesores como Aldo Olcese y la SGAE presumen que usted miente y que lo que va a hacer es piratear el trabajo artístico de otros. Así que usted es un mentiroso y presunto y potencial delincuente y tiene que pagar por ello. ¡Faltaría más!
¡Oiga! ¿Y por qué en cada factura además de especificar lo que pago por IVA no figura lo que me hacen pagar para la Bardem y compañía? ¡Hombre, no sea quisquilloso! ¿Qué quiere, que cada vez que un vecino compra uno de estos aparatos recuerde a quién y gracias a quién paga de más?
Esto pasa por tener aficiones artísticas tan perversas. Es mejor dedicarse a la pintura al óleo, a la acuarela o al carboncillo. Las de toda la vida. Aunque, pensándolo bien, un pincel, un lienzo y pinturas son instrumentos de reproducción potencialmente delictivos. ¿A qué están esperando para aplicarles un canon en nombre de la igualdad constitucional? Este no podrá ser digital, pero manual desde luego. ¡Venga, Aldo, Ramoncin, Bardem, manos a la obra!.
Santiago de Munck Loyola.

ALDO OLCESE: UNA ANÉCDOTA SOBRE EL PERSONAJE.

 A lo largo de los últimos años, en mi trabajo como Secretario de Monforte del Cid he tenido la ocasión de conocer a mucha gente de toda clase y condición que, de una forma u otra, acudían al Ayuntamiento a resolver asuntos de muy variada índole. Desde el vecino quejándose de ruidos, el agricultor que tramitaba una licencia, pasando por el estudiante que realizaba un estudio para la universidad o el empresario en busca de información sobre el suelo industrial. Casi siempre personas amables y respetuosas para las que daba gusto trabajar y ofrecer el mejor servicio posible desde la administración municipal. Sin embargo, en siete años hubo una excepción que me ha venido a la cabeza a propósito de todas las noticias que estamos conociendo estos días sobre el Sáhara y el sátrapa de Marruecos.

Se trata de la desagradable visita que hizo al Ayuntamiento Aldo Olcese, entre otras cosas, adalid de los intereses del tirano marroquí en España. Muchos podrán preguntarse quién es este señor y a qué fue a un pueblo como Monforte del Cid, tan alejado de las ministeriales moquetas y del espectacular brillo de las altas esferas a las que era y es asiduo este personaje.
Aldo Olcese Santonja, nacido en Marruecos, es Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y entre sus actividades empresariales es Presidente en España del Consejo Asesor de T-Systems, S.A. (Grupo Deutsche Telecom), Presidente de Fincorp Mediación, S.L. (Merchant Bankers), Presidente de la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos Culturales y Audiovisuales, es decir la SGAE y otras de menor cuantía, Consejero de AC Hoteles, S.A. de Ericsson España, S.A. y miembro del Consejo Asesor de KPMG, del Grupo Especial de Trabajo para la Reforma del Gobierno Corporativo, por designación del Ministro de Economía y Hacienda, de la Comisión Especial de Reforma del Estatuto Básico del Empleado Público, por designación del Ministro de Administraciones Públicas o del Comité Averroes para la Relación Bilateral Hispano-Marroquí, por designación del Ministro de Asuntos Exteriores. En abril de 2007, S.M. El Rey le concedió, a propuesta del Consejo de Ministros, previa petición del Presidente del Gobierno, la Gran Cruz del Mérito Civil por su especial contribución al Buen Gobierno Empresarial y a la Responsabilidad Social de la Empresa. Es Comendador del Wissam Al-Alaoui de la Orden del Trono de Marruecos y Oficial del Wissam Al-Alaoui de la Orden del Trono de Marruecos. Como se ve, todo un curriculum e interesantes relaciones.
Pues bien, este ilustre personaje apareció un día por el Ayuntamiento en nombre de unos promotores urbanísticos muy conocidos en la provincia. El Ayuntamiento, tras el período de exposición pública, había aprobado inicialmente el Plan General resolviendo las alegaciones presentadas al mismo. Entre éstas se había desestimado una de los representados del Sr. Olcese que querían reclasificar suelo para cerca de 5.000 viviendas. Esta pretensión había sido desestimada porque sencillamente no cabían. Buena parte de su propiedad en la que pretendían construir estaba clasificada como parque forestal por la Generalitat por lo que era imposible. Así las cosas, una mañana la Alcaldesa me pidió que fuera a su despacho. Una vez allí me presentó a este señor quien expuso que sus representados iban a volver a presentar la misma alegación para obtener la reclasificación del suelo desestimada. Le expliqué que la fase de alegaciones había concluido, que no era el momento procesal oportuno y cuáles eran los trámites a seguir de acuerdo a la legislación valenciana. Cuando acabé mi exposición, el Sr. Olcese miró a la Alcaldesa y le dijo: “éste que se vaya, no quiero hablar con él”. Sin esperar, me levanté y me fui. Ahora era yo el que no quería hablar con semejante maleducado. A continuación, el Sr. Olcese se dedicó a presumir de sus grandes amistades e influencias y a amenazar con toda clase de males a la Alcaldesa (a la que «arrastraría por la prensa») y a mi (a quien «haría que perdiera mi trabajo»)  si no se cedía a su ilegal pretensión. Y no hizo falta. La Generalitat que es quien aprueba en última instancia los Planes ratificó que en suelo forestal no se puede edificar. Pero es más, por si fuera poco, los técnicos de medio ambiente descubrieron en gran parte de los suelos restantes una pequeña planta endémica protegida, la “vella lucentina”, limitando aún más los suelos disponibles. Y es que, a veces, Dios escribe con reglones torcidos. El tiempo y la ley pusieron a este conseguidor en su sitio. Usar a un “embajador” así solo sirve para desacreditar al representado, como ocurrió en este caso.
Sorprende que alguien con tanto título y tanta condecoración emplee modales tabernarios para intentar conseguir sus propósitos ignorando, además, los procedimientos legales. Tras el brillo curricular se oculta una indigencia humana y espiritual muy adecuada para servir bien al dios dinero a cualquier precio. No sorprende que este personaje vuelque sus relaciones y esfuerzos a favor del tirano marroquí o de la SGAE, pero sí llama la atención que pueda servir de asesor a todo un gobierno en temas tan serios e importantes como la reforma de la función pública cuya complejidad trasciende ampliamente una visión puramente mercantilista.
Pero, en fin, “doctores tiene la Iglesia”… y si este gobierno necesita de los amigos de Mohamed para que le asesore en estos temas por algo será.
Santiago de Munck Loyola