La hora del cambio decente.

Hoy es el último día en que los candidatos podemos pedir el voto para las próximas elecciones municipales y autonómicas. Han sido días agotadores y llenos de tensión para muchos, sobre todo para quienes intentamos ofrecer alternativas desde modestas formaciones políticas como es el caso de “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante”. A veces, aparece cierto sentimiento de frustración al comprobar que nuestros esfuerzos por transmitir nuestras propuestas e ideas a los votantes no encuentra eco alguno en la mayoría de los medios de comunicación, más interesados en su cuenta de resultados que en la pluralidad política. Y quiero aprovechar la ocasión para agradecer a los compañeros, amigos y ciudadanos que se han volcado en esta campaña con tanta generosidad.

Hemos asistido a una campaña electoral con un tono más nacional que local. A veces da la sensación de que quienes se presentan a candidatos a las alcaldías son más bien Rajoy, Sánchez, Díez o Rivera que los miles de candidatos anónimos que pueblan las listas electorales. No se ha hablado casi de los problemas que afectan a los municipios españoles, a su financiación, a su viabilidad o a sus imprescindibles reformas.

En Alicante, “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante” ha hecho un gran esfuerzo, dentro de sus limitadas posibilidades, para dar a conocer las propuestas de su Programa – Contrato. Propuestas muy realistas que afectan a todas las áreas de competencia de la vida de una gran ciudad como la nuestra. No hemos realizado promesas incumplibles, no hemos hecho “guiños” a nadie para “secuestrar” su voto. Hemos puesto sobre la mesa propuestas realizadas desde el sentido común, para solucionar los problemas más inmediatos y acuciantes de los vecinos y para construir una ciudad de prestigio, pujante, emprendedora, solidaria y más humana.

Es hora de pasar una negra página en la historia de Alicante escrita por el Partido Popular, una página que ha puesto en evidencia a Alicante ante toda España hasta el punto de convertirlo en un referente de corrupción. Es hora de exigir al Partido Popular, a sus máximos dirigentes provinciales y locales, que pidan perdón a los alicantinos. Es hora de que dejen sus responsabilidades de gobierno para dedicarse a sanear y a recomponer a un partido que debía haber estado defendiendo los intereses generales de los alicantinos y no los de un capo, que debía haber estado gobernando desde la fidelidad a un programa y a unos principios en vez de venderlos al mejor postor.

Es hora también de tirar de las orejas a una oposición que, salvo honrosas excepciones, ha sido incapaz de ejercer con firmeza y dignidad las funciones para las que fue elegida por los votantes y que, perdida en sus disputas internas, ha sido incapaz de construir una alternativa sólida y creíble para Alicante.

Es hora de ignorar a los oportunistas que al rebufo de tendencias electorales nacionales aparecen ahora ofreciendo mágicas soluciones mientras que durante los últimos cuatro años, ni estaban, ni se les esperaba.

Es hora, en definitiva, del cambio decente, de apostar por quienes estamos avalados por nuestro compromiso con la regeneración democrática, con la defensa a ultranza de los intereses de Alicante frente a la Generalidad Valenciana y el Estado, con la solución a los enormes problemas diarios que agobian a gran parte de los alicantinos. Es hora de iniciar una nueva etapa presidida por la ejemplaridad, la honradez y la eficiencia en la gestión de nuestras administraciones.

Por todo ello, desde esta humilde página, pido al lector una vez más su apoyo el próximo domingo día 24 de mayo para “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante”.

Santiago de Munck Loyola

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EL DEBATE MUNICIPAL EN ALICANTE QUE NO FUE.

Así son las cosas. Los medios de “comunicación” no nos han invitado a los partidos nuevos y pequeños a participar en los debates entre candidatos. Dejando al margen las razones crematísticas que se esconden detrás de esta apuesta contra la pluralidad informativa y política, lo cierto es que han hecho un flaco favor a la riqueza democrática de nuestra ciudad.

Yo me he quedado con las ganas no sólo de poder explicar las propuestas de mi formación política “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante” sino también de hacer balance, que es lo que procede, cuando se cierran cuatro años de un determinado gobierno municipal. Y me he quedado con las ganas de decir a otros candidatos un par de cosas.

Aunque sirva de poco voy a darme el gusto de dejar aquí algunas consideraciones que habría dejado en un debate si hubiese sido invitado. A la representante del PP, el partido que ha gobernado los últimos años, la candidata Asunción Sánchez Zaplana, que se atreve en un alarde ignorancia política a ir diciendo que es antidemocrático que los demás partidos quieran apearle del poder, le habría preguntado que de qué guindo se ha caído o que si no sabe que las elecciones son precisamente para eso, para elegir a un gobernante y no necesariamente al mismo, que para eso ya está Cuba. Le habría dicho que lo antidemocrático es haber manchado el buen nombre de Alicante como lo ha hecho el Partido Popular y no pedir perdón por ello a los alicantinos, que lo antidemocrático es haber sido nombrada candidata a dedo desde Madrid y no por los afiliados populares alicantinos, que lo antidemocrático es encabezar una lista con gente como el Sr. Ciscar que no cree en la regeneración democrática, que ha protegido a los responsables de los escándalos en el Ayuntamiento, que figura en los informes de la Guardia Civil como uno de los que pagaba con dinero negro a la trama Gürtel y que va en la lista, sin vivir ni trabajar en Alicante, para saltar a la diputación porque, en realidad, los vecinos de esta ciudad le importamos un pimiento. Y, por último, le habría dicho que su programa, sus promesas, valen lo mismo que las que Rajoy hizo en 2011 a todos los españoles, es decir, que son papel mojado.

Al candidato socialista, Sr. Echávarri le habría preguntado sobre la inexistente labor de oposición del grupo socialista durante estos últimos cuatro años en los que, en vez de ocuparse de los problemas de la ciudad, se han dedicado a pelearse entre ellos y a dinamitar cualquier posibilidad de una alternativa al Gobierno de Sonia Castedo. ¿Han arreglado ya sus problemas internos los socialistas o se trata tan sólo de una tregua a ver si “pillan cacho”? Y, por supuesto, le habría recordado que sobre honestidad y regeneración poco tiene que decir porque su silencio sobre los desmanes socialistas en Andalucía ya lo dice todo sobre su honestidad intelectual. Ah y también le habría reiterado una pregunta que ya le he venido formulando infructuosamente en las redes sociales ¿Sigue el Sr. Echávarri apoyando la propuesta del PSOE de despojar de la propiedad de sus viviendas a las casi 1000 familias de Rocafel? ¿Sigue queriendo el Sr. Echávarri, como el PSOE, demoler estas viviendas?

Y al Sr. Candidato de Ciudadanos no le habría preguntado nada nuevo, bastaría haberle preguntado lo mismo que al candidato socialista porque no en balde hasta hace dos meses él era militante del PSOE. Bueno, sí, quizás podría haberle preguntado ¿dónde estaba mientras que nuestra ciudad era noticia por los escándalos de corrupción? ¿Por qué estaba de perfil y no defendía a nuestra ciudad?

En fin, el debate que no fue podría haber sido mucho más ilustrativo del que diseñaron los medios de comunicación, pero no lo han querido. Al menos me quedo a gusto dejando alguna de las cosas que me habría gustado expresar, aunque hay bastantes más. Otra vez será.

Santiago de Munck Loyola

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Y ¿qué hay de la corrupción?

11216087_634310573370155_1765100168_nHay que ver, con lo movidita que ha estado esta legislatura y ahora todos calladitos. No hace nada estábamos todos alucinados con las jugosas grabaciones que La Sexta emitía, esas refinadas conversaciones entre la Alcaldesa de Alicante y su amigo la “polla insaciable”, el capo de la ciudad en las que se hablaba de lo divino (es un decir) y lo humano, en las que se trataba sobre cómo apañar (¿o era amañar?) el Plan General de la ciudad, que si pásame un plano, que si me arreglas lo del Rico Pérez, que si los de Ikea por aquí, que si a ver si me ayudas a cargarme a Pedro Gea, que si colócame a éste,… ¿Y las fotos? ¡Preciosas! ¡Nivelón el de la casta política pepera y empresarial de Alicante! Ese bañador, esas gafas de buceo, esos pijamas andorranos,… Pero ya nadie se acuerda de eso. Nadie quiere hablar.

Hay que ver, con la de titulares en la prensa que nos hemos desayunado sobre las andanzas judiciales de nuestro Ayuntamiento y ahora todos calladitos. La Alcaldesa que tiene que salir por la puerta falsa con varias imputaciones judiciales a cuestas, el Vicealcalde procesado por el caso Magallanes, el concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Alicante,  Juan Seva,  inhabilitado por un juzgado en el marco del caso Lucentum,…  ¿Nadie se acuerda ya de las mil filigranas para que ni Rajoy ni el Rey fueran fotografiados junto a la Alcaldesa? Pues parece que no, que ya nadie se acuerda de eso. Nadie quiere hablar.

Y hay que ver, con la de noticias que ha generado la particular manera de “gestionar” el Partido Popular los millonarios contratos del Ayuntamiento de Alicante y ahora todos calladitos. Parece que fue hace mucho, mucho tiempo cuando se hablaba de las adjudicaciones millonarias a las empresas participadas del amigote del PP, “la polla Insaciable”, limpieza viaria, recogida de residuos, limpieza de colegios, el cementerio, obras públicas, aparcamientos… y no, no fue hace tanto tiempo, ha sido durante estos últimos años cuando el nombre de Alicante se ha asociado en toda España a la palabra corrupción. Pero parece que ya nadie se acuerda de eso. Nadie quiere hablar.

Toda esta montaña de suciedad y podredumbre ha sido posible porque los concejales que estaban en el Ayuntamiento lo han consentido, porque no han tenido ni la decencia, ni la valentía de alzar su voz y decir ¡Basta! Y, ahora, hay que recordarlo y recordar a los votantes que cinco de ellos siguen en las listas del Partido Popular. Un partido cuyo Presidente y cuyo Secretario Provincial lo han tolerado, consentido y propiciado. Baste recordar que cuando la Alcaldesa fue imputada, el Secretario Provincial del PP, ese profesional de la política, el Sr. JJ Zaplana, fue presto a presidir una cena de homenaje que dicha señora se organizó. Y los vecinos, los votantes deben saber que ese Presidente complaciente con estas políticas va ahora de número 3 en la lista municipal del PP de Alicante.

Parece evidente que existe un pacto de silencio entre el PP y el PSOE (los tentáculos de ciertos poderes empresariales son muy largos) para que no se recuerde ni se hable de eso. Pacto al que se han debido sumar encantados los recién llegados de Ciudadanos, bien porque su candidato era militante del PSOE hasta hace dos meses, bien porque traten de guardar la ropa para ver con quien pacta.

¿Y la prensa? Un misterio. Algo pasa porque “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante” es la única opción netamente alicantina que concurre a las próximas elecciones municipales y cuyos miembros, además, han sido especialmente beligerantes contra la corrupción. Se ignora precisamente a los que queremos que se hable de esto, a los que exigimos debates para poner los puntos sobre las íes, debates para desenmascarar a los farsantes que ahora se visten de lagarteranas y para poner encima de la mesa medidas regeneradoras.

Todo parece indicar que hay un pacto de silencio vergonzante y los votantes tienen que saberlo. Con este pacto puede que consigan que no se vea, ni se oiga la corrupción, pero el hedor persistirá.

Santiago de Munck Loyola

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Existimos.

11216087_634310573370155_1765100168_nAcaba de arrancar oficialmente la campaña electoral de las elecciones municipales y autonómicas. Según la encuesta del CIS casi un 40 % de los electores no tiene decidido aún a quien votar por lo que los partidos políticos redoblarán sus esfuerzos por tratar de captar el voto de ese gran porcentaje de ciudadanos aún indecisos, aunque es muy probable que una buena parte de ellos sencillamente no quiera manifestar su intención de voto. Y como acabamos de ver en Gran Bretaña, no está de más recordar que las encuestas fallan y que en las votaciones pueden resucitar incluso quienes en las mismas aparecían como muertos y enterrados.

Al margen de ello, algunos, como los que formamos parte de la Coalición Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante, tenemos quince días para tratar de dar a conocer a los ciudadanos dos mensajes claves: primero que existimos aunque los medios de comunicación nos ignoren y segundo que ofrecemos a nuestra ciudad un proyecto de cambio diferente. Con lograr que el primer mensaje llegue a la mayoría de los alicantinos ya nos daríamos por satisfechos en gran medida.

Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante existe, es una coalición en la que participan ciudadanos de Alicante desde hace tiempo comprometidos con nuestra ciudad, con sus barrios y con su tejido social. Existe y ha nacido porque era necesaria una alternativa nacida de la gente normal y corriente, una alternativa sin profesionales de la política para transformar nuestra ciudad y su Ayuntamiento alejándolos de la corrupción y de los “mangoneos” de los de siempre.

Y Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante ofrece a los alicantinos una propuesta de cambio decente porque no se trata sólo de cambiar de dirigentes en el Ayuntamiento, sino de cambiar los modos y manera de hacer política, se trata de situar en primera línea las ideas de honestidad, de decencia, de ejemplaridad, de transparencia, de eficiencia y de participación que durante los últimos años parecen haber desaparecido de la gestión municipal. Sin esas ideas como guías y referentes de toda la actividad municipal es indiferente el programa electoral que resulte ganador el 24 de mayo porque será papel mojado, como lo han venido siendo todos los anteriores.

Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante ofrece a los alicantinos un programa-contrato con algunos ejes básicos: la regeneración de la política municipal, la reivindicación y exigencia de la financiación estatal y autonómica que hasta ahora le han venido negando a nuestra ciudad y la participación del vecino en la toma de decisiones. Sólo con un Ayuntamiento renovado y potente podremos hacer frente a retos tan importantes como al impulso a la creación de empleo protegiendo a autónomos y pequeños empresarios, a la ordenación y renovación de la trama urbana generando nuevos espacios para la radicación de empresas, para los equipamientos públicos y para el transporte y la circulación; retos como mejorar los servicios públicos, bajar tasas e impuestos, el facilitar el acceso a la vivienda a los jóvenes y personas con escasos recursos, la remodelación y reforma de las viviendas públicas y sus barrios, la defensa del litoral, la protección del medio ambiente, la promoción de la cultura alicantina y sus tradiciones, del turismo y del comercio minorista. Retos y objetivos que son imprescindibles para que Alicante vuelva a brillar y para que recupere el prestigio que le han arrebatado estos últimos años.

Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante existe, está y se mueve. Soy muy consciente de la enorme dificultad que encierra hacerse conocer cuando no se cuenta ni con subvenciones públicas como otros (que tampoco queremos) ni con el favor de amigos poderosos. Nuestra modesta presencia en estas elecciones se basa en la generosidad, entrega e ilusión de los vecinos que, hartos del desolador panorama político y social de nuestra ciudad, han decidido dar un paso en favor del cambio decente para Alicante, que han decidido mojarse por nuestra ciudad. A todos ellos, de antemano, quiero desde aquí darles una vez más las gracias. Son lo mejor.

Santiago de Munck Loyola

Candidato a la Alcaldía de Alicante

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Tres Diputaciones, tres marrones, un mismo PP.

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¿Qué tendrán algunas Diputaciones para generar tanta porquería? ¿Qué tendrán para atraer a tanto desaprensivo? De todo, pero quizás las preguntas adecuadas serían ¿qué tiene el PP para que produzca tanto pirata de la política? ¿Qué tiene el PPCV para que en su seno prosperen y sean elevados a los puestos de más alta responsabilidad señores como Joaquin Ripoll, Carlos Fabra o Alfonso Rus?

A la vista está que algo muy serio falla en la estructura de un partido cuando coloca a presidir las tres Diputaciones de la Comunidad Valenciana a “políticos” que han terminado siendo protagonistas de titulares periodísticos y no precisamente por sus excelencias en la gestión de estas administraciones públicas. El PPCV ha conseguido que las tres Diputaciones de nuestra Comunidad, Castellón, Alicante y Valencia, se hayan convertido en motivo de escándalo y vergüenza para todos los ciudadanos, para los sufridos contribuyentes cuyos impuestos se han convertido en botín de los “elegidos” del PP. Estos abnegados trabajadores de lo público no tenían suficiente con disfrutar y abusar de coches oficiales de alta gama (un abuso insoportable), de chófer las 24 horas del día, de retribuciones más que generosas habida cuenta su preparación para el cargo, de tarjetas visa para convites y regalos y de todo el boato asociado a las instituciones que presidían o presiden, sino que, además, al amparo de la misma todo indica que se han buscado unos “extras” para mitigar su duro sacrificio en pro de la ciudadanía.

Las Diputaciones en España son administraciones locales sin elección directa de sus gestores, Presidentes y Diputados provinciales no son elegidos por los ciudadanos en las urnas ni se someten, por tanto, al escrutinio de las mismas cada cuatro años. Los Presidentes y Diputados provinciales son designados por los partidos políticos entre los concejales electos en la provincia. Por tanto, la composición de la Diputaciones obedece exclusivamente al reparto de cuotas de poder en el interior de los partidos políticos y no al interés general, ni a las preferencias directas de los votantes. Constituye evidentemente una anomalía el hecho de que unas administraciones públicas que mueven miles de millones de euros cada año escapen al control democrático de los votantes. Siendo así, es evidente que el espectacular resultado de las tres diputaciones de nuestra Comunidad obedece exclusivamente al juego interno de poderes en el seno del PPCV. ¡Vaya intereses!

Y si al déficit de legitimidad democrática de las Diputaciones sumamos la ausencia de democracia interna en algunos partidos políticos, como el PPCV, logramos el cóctel perfecto para que se produzcan los escándalos como los que estamos conociendo. Cuando los afiliados de un partido no tienen nada o muy poco que decir a la hora de designar a sus candidatos tampoco pueden controlarlos. Cuando el principal mérito para ser candidato o para ser designado en puestos de responsabilidad política no es el apoyo de las bases del partido, ni la preparación intelectual, ni la trayectoria profesional, sino el amiguismo, el nepotismo o el tráfico de influencias es normal que terminen aterrizando en los puestos de responsabilidad un gran número de incompetentes o de aprovechados, de gente sin formación o sin escrúpulos.

Seguramente muy pocos afiliados del PP de Alicante habría elegido a la actual candidata a la Alcaldía para ese puesto y menos siendo prima del Secretario Provincial del partido y seguramente ninguno habría elegido como número tres de esa candidatura municipal a un señor de Teulada, el Sr. Ciscar, que ni vive ni trabaja en la ciudad, que se ha caracterizado en su gestión autonómica por discriminar presupuestariamente a la provincia y a la ciudad de Alicante, y cuyo objetivo declarado no es servir a los vecinos de la ciudad, sino servirse de ellos para marcharse, precisamente, a intentar presidir la Diputación provincial, ese oscuro objeto de deseo, ese “marrón” en el balance político del PPCV.

Santiago de Munck Loyola

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